Mis Manos

Esas manos que alguna vez 
fueron hermosas,
hoy derraman sangre como
causes de ríos drenando las
arterias;

Están solas gota a gota,
lágrima a lágrima, van dejando
la vida cerrando los ojos apagando
la luz, aflicción y deceso van colmando
la quietud.

La luz de esperanzas no podrá intervenir
en las visiones, los motivos que llevaron a
seguir;
Podrán despojar de todo, pero no de la
visión de mundo. En mis manos pulcras
ya está hecho el deseo de la ida, con dolor
en nuestro lecho se levantan de los hálitos
de vida inmaculada.

Es una señal sigilosa del oscuro sentimiento
que agobia la soledad y el pensamiento,
que etílicamente yo calmo frecuentando
algunos bares, si los espíritus de la muerte
llaman a servir, al mirar el firmamento
estrellado. Nunca mis manos  aún
marchitas me habían abandonado,
como la esperanza que se aleja
al amanecer.

Sólo en noches frías y oscuras 
reviven al tocar tu piel,
pero las rosas ya no
volverán a crecer, sólo
captuz y espinas clavaran los días
en el pedregoso caminar.

Sobre los rostros vueltos a la noche
deambulan exhalando el aroma a
muerte fresca.
Por ti estas manos han marcado el
camino y no serán bellas y suaves como
flores en jardines.

Hechizadas se desgarran y desangran
morirán en unos minutos y vestidas de
luto recostadas sobre tierras
mirando al vacío volverán a la tristeza.

No es el destino el que nos detiene en
esta hora, sino el dolor la aflicción 
de mi alma desertora atrapada en
estas manos...