lunes, 28 de mayo de 2012

Primitivo

Aborigen es mi cruz que carga mi pensar más el día que me
ata a lo que tuvimos que pasar, mis miembros se clavan a la crucifixión
mientras  pienso en esperar,
si tú has  ungido mi cabeza con el aceite a media noche,
y el beso es el deseo que se cubre.
En el salar de las lágrimas que drenan de mis ojos, 
las mejillas son el cause que  lleva al olvido,
en la inmensa agonía que se esconde entre nuestros cuerpos,
sumergidos en el lecho lleno de rosas de panteón  buscamos rendición,
y te preguntas;  Yo respondo no estáis en los tiempos de conocer las respuestas
pero  han de llegar como un  Karma a la memoria….

A centímetros están nuestros respiros y miradas,
por fuera quemando nuestra piel,
calcinando el interior con  deseos no cumplidos;
  Amor estoy en tu camino, camino de tu cuerpo 
¿Cuántos peregrinos ya hicieron esta ruta antes que yo?  
Si yo estoy  justo ahora abriendo las puertas  a tus piernas
que se regocijan en noches eternas de placer…

No lo niegues ni le digas al que me siga que yo no existí,
¡Miénteme! como yo le he mentido a otros cuerpos a otros huesos,
a otras almas…
Al exhalar el aroma de otra piel, al ser a medio día infiel,
mi carne no buscará el perdón entre tus senos y tú no estarás
lamiendo mis deseos  en silencio,
no somos más que almas solitarias sin búsqueda de nada
aprendemos a vivir mientras estás horas comienzan a transcurrir…

Mas ahora nuestras piernas se entre lazan como raíces,
atascando mis caderas a tu piel, martilla con fuerza como
carpintero las caderas, 
si tu lengua y la mía se enredan Cada noche.
Son sudor son amor,  y
eres el cáliz en el cual yo vierto
mi sangre y mi elixir,
Créeme que no buscaré tu cuerpo para
mecernos juntos  hasta el final de los días
¡Despréciame! que yo tendré libre albedrio
Y saborearé  la fruta de tu cuerpo
a la imagen y semejanza de Dios,
porque no somos mas que una historia
inconclusa que aún no ha comenzado...