martes, 25 de noviembre de 2014

Mi soledad

La soledad no me engaña, ni me sorprende, el silencio, ni el pensamiento en el camino no me ofenden.
He tenido tantos viajes conmigo, y con otros, me he precipitado en los  caminos acompañado de viento ofensivo del canto descriptivo y del silencio espantoso como un grito, como un gran llanto colegial.
Nada es para siempre... Por eso sería inútil la pretención de  retenerte.
Debo quedarme con el recuerdo de un rostro abrazado a un espejo, a un pensamiento, a la calma del retiro al destierro de mi ser.