Venerame

Venerame esta  noche que yo
te seguiré sin ningún reproche
en el camino oculto de la sombra,
en el tumulto de la gente,
siempre habrá ilusión.
¡Sí, de una  mordida! como 
espada oxidada de guerrero
clavarás tu veneno en mi cuerpo 
como el escorpión.
El deleite y la euforia  despiertan la pasión 
es la muerte que se lleva a  los 
malvados, a los cadaveres de
tantos cuerpos venerados que
acaban con la luz que estuvieron
en mi pasar, ahora sólo tu  atormentas
la quietud de mi alma pécora que espera cada noche
los frutos de aquel árbol inmaculado
que fue plantado entre las aguas; 
producirá los frutos a su debido tiempo.

 Yo pregunto ¿Hasta cuando cantaremos?
sí todo se marchita, si las hojas en la noche 
con los años no resucitarán,  los sentimientos,
no buscarán los cuerpos deseosos de pecado...

Mirad hacia el cielo, que yo estallaré callado
en un grito de silencio, seré vasallo y tu  mi "Dominus"
en la melancolía, seré otoño en la vigilia arrodillado
ante tu lecho esperando ya calmado con terror.
Esperaré el momento de los caídos
lleno de furor, sujeto a tus encantos venerando
y alabando como el vasallo ¡Ante ti mujer!,
 me arrodillo a la espera de tu piel.